sábado, abril 14, 2018

Noveno libro 2018: "Verano en rojo", de Berna González Harbour.

Suena más a policíaco el nombre de la autora que el de la protagonista de su historia, que se llama María Ruiz, comisaria de policía desde hace poco y con formación como psicóloga que cuando se preparaba para disfrutar con su familia de una buena comida seguida de partido de la selección en el mundial de Sudáfrica (de ahí lo de "en rojo") es llamada por el deber al Parque Juan Carlos I porque ha aparecido el cadáver de un joven que, violado y estrangulado, había sido arrojado al estanque con poca intención de que saliera pronto a flote.
Además de los compañeros policías y el informático de la brigada con el que María tuvo alguna cosilla en el pasado, también investiga la muerte Luna, un veterano periodista que tiene un pie fuera de su periódico al borde de la quiebra y que lleva a gala sacar información a todos los investigadores menos a María que se le resiste, si bien en este caso mantienen un toma y daca de trasmisión de la información por la cuenta que les trae a ambos.
También colabora en la investigación, antes que le de un infarto, un policía de Santander que en su día hizo las veces de maestro del oficio para María y es que en Santander aparece otro cuerpo en la playa con dos días de diferencia del de Madrid y con idéntico tatuaje lo que orienta la investigación desde el principio hacia un colegio de curas así como unos campamentos en los que ambas víctimas coincidieron. Desde el inicio vamos viendo que la cosa va de pederastia y parecen saber menos los policías que quienes vamos leyendo porque también vamos siguiendo los pensamientos y autojustificaciones del asesino con lo que no se distingue la novela por una poderosa intriga, aunque parece orientarnos hacia una persona y luego es otra, si bien el primero no es que se distinga por su inocencia.
La verdad que pese a lo duro del tema tratado no me acabó de convencer la novela y me aburrió un poco porque la investigación policial es bastante plana y el tiempo no me cuadra como tampoco determinadas coincidencias que llevan rápidamente a los investigadores a la solución final con la que casi se dan de bruces. También es cierto que es la primera novela con esta comisaria y parece poco perfilado el personaje. Igual las siguientes son mejores.

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